El pasado 20 de octubre tuve la ocasión de visitar por primera vez el Restaurante Rodero de Pamplona. Lo cierto es que llevaba un tiempo queriéndolo hacer pero me faltaba la ocasión o disculpa. A veces, cuando tienes las cosas muy a mano, es lo que pasa. Qué se lo digan a Francis Paniego! no sé las veces le he comentado mi intención de ir a su casa, en Ezcaray, y no hay manera.
Con Rodero me venía pasando un poco igual. Lo tenía en mi agenda, como un imprescindible, pero tuvo que ser Cristina (Garbancita) la que me provocara finalmente para acudir, con una proposición difícil de resistir. Una cena maridada con champagne Taittinger, prensentada como "Menú de bienvenida al otoño".